Más allá de la empresa suceden cosas que nos afectan a todos.

Huelga y servicios mínimos

Hola.

Secundar la huelga es una opción personal, un ejercicio de libertad y madurez. Por tanto el hacerlo o no debe ser una elección absolutamente individual. Para secundar la huelga no se necesita nada especial: simplemente con no acudir a tu puesto de trabajo ya la estarás apoyando.

El único caso en el que un trabajador puede verse obligado a seguir en su puesto de trabajo es en el caso en que entre en servicios mínimos. Pero en nuestro sector no hay servicios mínimos. Sólo la «Autoridad gubernativa» puede decidir que haya servicios mínimos (artículo 10 del Real Decreto-ley 17/1977, de 4 de marzo, sobre relaciones de trabajo). Es decir, si no existe una orden de la Delegación de Gobierno o del Ministerio de Trabajo obligando a que se hagan servicios mínimos, imponer los mismos (aunque sea de acuerdo con la Representación Legal de los Trabajadores) es un atentado gravísimo contra el derecho básico a la huelga. Si existiese esa orden del gobierno (es muy improbable que ocurra en alguna empresa de nuestro sector), la dirección de la empresa deberá negociar, con el Comité de Huelga, qué personas y de qué forma prestarán esos servicios mínimos.

En caso de estar destinado en un cliente que sí tenga servicios mínimos, mínimos sólo están obligados a hacerlos el personal interno, nunca los externos (subcontratados). Si a algún jefe se le ocurre asignaros ese día servicios mínimos avisadnos. En caso de suceder esto, debéis solicitar esa orden por escrito y enviárnosla, para que podamos tomar las medidas oportunas.

Un saludo.

¡Yo voy!

Los nuevos finiquitos

Hola.

Con la nueva reforma los cálculos para el finiquito están cambiando para todos, sin diferenciar si eres nuevo en la empresa o tienes ya antigüedad. De hecho, el nuevo despido penaliza a los que tengan más antigüedad.

El nuevo despido y la antigüedad
El nuevo despido y la antigüedad

En tus manos está el evitar que esto siga así.

Secunda la huelga general del 29 de septiembre.

¡Yo voy!

Te puede pasar a ti: despido objetivo por causas económicas

Hola.

La reforma aprobada recientemente tiene muchos puntos oscuros, que perjudican al trabajador, pero uno de los destaca sobre los demás: la nueva naturaleza del despido objetivo por causas económicas.

La situación en lo que respecta a este apartado de la reforma puede ser tan dramática e injusta como el ejemplo que os adjuntamos:

Ejemplo de despido por causas económicas

Con la reforma el empresario no está obligado a demostrar pérdidas para utilizar el despido objetivo por causas económicas, sino que simplemente debe mostrar (y ese aspecto de ‘demostrar’ todavía no está claro de con qué) una pérdida de beneficios, ya sea actuales o futuribles: el que un empresario gane menos, aunque siga con beneficios, que en el periodo anterior de facturación (sea por causas del mercado o por su negligencia) puede pagarlo la plantilla perdiendo sus puestos de trabajo.

¿Deseas ser despedido sólo porque la empresa gana menos que hace unos meses, porque los comerciales de turno (o los directivos que todos conocemos) no desempeñan sus tareas como deben hacerlas? ¿Deseas que a tu costa sigan las malas prácticas que hasta ahora se están realizando? ¿Te quieres arriesgar a que el nuevo coche de empresa se financie a costa de tu salario, de tu puesto de trabajo, sólo porque así consigan cuadrar la cuenta de beneficios?

Si las respuestas a todas estas preguntas es no ya sabes lo que debes hacer: secundar la huelga general y decir ¡yo voy!

Dos opciones de salida de la crisis

Hola.

Como todos sabemos llevamos ya dos años inmersos en una crisis creada por la especulación del poder financiero. Una crisis que el trabajador de a pie ni ha provocado ni ha tenido nada que ver en su progreso. Sin embargo sí que se recurre al ciudadano para que pague con sus derechos los platos rotos por otros.

De la crisis se va a salir, sin duda, tarde o temprano pero saldremos. Ahora está en juego ahora cómo saldremos de ella en España: manteniendo el sistema anterior (que nos metió en ella) y de paso perdiendo parte de los derechos que habíamos adquirido con mucho esfuerzo desde hace años (y de paso alejándonos de los modelos europeos avanzados), o bien de una manera más concienciada con las responsabilidades de cada uno, en la que no pague el más débil.

El hacer que el gobierno escoja un camino (que te perjudica) u otro (que nos beneficie a todos) está en tus manos: ¡secunda la huelga del 29 de septiembre!

Os adjuntamos un documento de CC.OO. que os explica esto con más detalle.

¡Yo voy! ¡Vamos juntos!